Sin embargo, con el tiempo me encontré con que el número de pediatras privados era escaso y los problemas de oídos de mi hijo debían ser observados de forma continuada y tener un seguimiento, con lo que ni corta, ni perezosa, los saque de mi cartilla y los lleve a la cartilla de mi marido, en la seguridad social.
El primer día de pediatra le advertí que el niño estaba sordo como una tapia, con lo que me dio el correspondiente volante para el otorrinolaringólogo.
Después de varias visitas, en que por supuesto la historia debía llevarla y traerla de mi casa todos los días que tenía consulta, continuaba sin recomendarme para la intervención quirúrgica de drenar los oídos. Continuó varios meses en la misma tesitura, tratando de curarle la sinusitis que le generaba el exceso de mocos en oídos y los senos nasales.
En la última visita y, tras mandarme hacer otra radiografía, llegué 5 minutos tarde, el medico ya no estaba. No era la primera vez que me ocurría, con lo me indigne bastante. Cada vez que bajo al medico tengo que pedir permiso en el trabajo (además de dejar de trabajar, que como ya os conté, no me agrada), coger un taxi, ir al colegio, recoger al niño, bajar, acudir a la consulta, volver a coger otro taxi, dejar el niño en el colegio y bajar al trabajo (suele llevarme en tiempo 1 hora y pico y en dinero un pico).
Decidí poner una queja, que para eso existen los departamentos, exponiendo mi indignación.
Pregunté cual era el horario del medico, puesto que había observado que llegaba a las 10 y muchos días a las 10:20, ya marchaba.
El siguiente paso fue visitar a un medico privado que me recomendó operarlo cuanto antes. Tras deshacerme del especialista de cupo y pedir otro especialista, por fin llegue a uno que en primera consulta y, sin dilación, recomendó operar al niño, me hizo firmar esos horribles papeles con los que se lavan las manos si les pasa algo y me incluyó en una lista de espera.
Parece ser que tendré que esperar hasta julio. Sin embargo, nadie cuenta "como tiempo de espera" la incompetencia de un medico, que parece que 2 de las horas dos horas y media que está contratado se dedica ha hacer visitas domiciliarias, a personas cuyos nombres me gustaría conocer y que para rematar la historia no había detectado que la radiografía que me habían hecho en la primera consulta no permitía observar las vegetaciones por que no habían colocado al niño en la posición correcta.
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